Conoce los diferentes tipos de contaminación

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Es común el uso del término contaminación. Afortunadamente, la ciudadanía está cada vez más familiarizada con él. Sin embargo, no se trata de un concepto en singular. Existe una amplia gama de tipos de contaminación ambiental. 

En este artículo acercamos algunos de ellos con el objetivo de que la información sirva para cuidar mejor del medio ambiente. 

¿Cuáles son los tipos de contaminación ambiental?

¿Alguna vez te has planteado si conoces cuántos tipos de contaminación hay?, ¿has probado a hacerle la pregunta a alguna persona cercana?

No sabemos si la respuesta será amplia o concisa, pero la realidad es que existe un abanico muy amplio de formas que puede adoptar la contaminación que dañan el planeta. 

  • Contaminación atmosférica: suele ser el tipo de contaminación más reconocido. Su origen está en la emisión de sustancias químicas a la atmósfera. Estas emisiones proceden de diferentes agentes y tienen un enorme impacto en la calidad del aire que respiramos. Es por ello que en los últimos años se ha avanzado notablemente en los objetivos de descarbonización por parte de las empresas y gobiernos. 
  • Contaminación hídrica: está provocada por la presencia de productos químicos, residuos o microorganismos en ríos, lagos, océanos u otros cuerpos de agua. Resulta muy perjudicial para los ecosistemas marinos y afecta a las especies animales, vegetales y al ser humano. En los últimos años, se ha incrementado la contaminación del agua por los plásticos que se vierten al mar. 
  • Contaminación acústica: un tipo de contaminación muy conocido en las ciudades y producido por el exceso de ruido. Aunque no se asocia con peligros directos para la vida de los seres vivos, cada vez más estudios apuntan a consecuencias psicológicas y fisiológicas, como lesiones cardiovasculares, problemas de sueño o trastornos metabólicos, entre otras. 
  • Contaminación del suelo: las baterías de teléfonos móviles abandonados, las pilas tiradas en vertederos electrónicos o las sustancias químicas usadas en la agricultura son algunos de los ejemplos de materiales que afectan y degradan nuestro suelo, provocando cuantiosos daños cuyo efecto nocivo perdura en el tiempo.
  • Contaminación lumínica: el uso de una iluminación excesiva que haga que parezca que siempre es de día también tiene sus consecuencias ambientales. La contaminación lumínica perjudica los ciclos naturales de muchas aves y provoca problemas de orientación en algunos animales. 
  • Contaminación visual: este tipo de contaminación también se caracteriza por el exceso, en este caso de estímulos. La acumulación de elementos visuales, generalmente en las ciudades, impide a las personas poder procesar todos sus datos y puede provocar problemas de salud. 
  • Contaminación química: la introducción de un agente químico externo y ajeno en un ecosistema nuevo provoca la contaminación química que pone en riesgo la biodiversidad del planeta. 
  • Contaminación térmica: 1,5ºC. es una cifra de la que resulta muy difícil no haber escuchado hablar. La tierra se calienta y las consecuencias pueden ser catastróficas si no se revierte la tendencia. La contaminación térmica es provocada por las modificaciones en la temperatura global fruto de la acción humana. Un ejemplo muy común es la liberación de grandes cantidades de energía por parte de algunas industrias. 

Las consecuencias de la contaminación ambiental

Una de las más destacadas es la destrucción de hábitats naturales. La contaminación provoca que animales o personas tengan que migrar a otro lugar y también la extinción de algunas especies o plantas. 

Un estudio reciente de la publicación The Lancet arrojó una dolorosa cifra: “9 millones de personas mueren al año por la contaminación”. Casi tres cuartas partes de esas muertes son provocadas por la contaminación del aire. 

La lista de consecuencias es tan amplia como dolorosa. Entre ellas encontramos el cambio climático, el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, el incremento de problemas de salud, la pérdida de calidad del agua, la lluvia ácida. Y es que, aunque los diferentes tipos de contaminación se han presentado de forma individual, estos no actúan por separado sino que están interconectados. Eso sí, hay que señalar que la distribución de sus efectos si es desigual. La repercusión de la contaminación sigue siendo mayor en aquellos países con un nivel de ingresos más bajo. 

¿Qué podemos hacer?

En este artículo no solo se quieren exponer los problemas, sino que también es importante aportar posibles soluciones. La contaminación existe y existirá pero siempre hay acciones que pueden combatirla. Las estrategias de mitigación del cambio climático ayudan y, por ejemplo, reducir los niveles de contaminación del aire disminuiría el número de defunciones prematuras. 

Hablar de acciones para combatir la contaminación no es un ejercicio solo de gran escala, sino que incluye muchas pequeñas decisiones que cada persona puede implantar en su vida cotidiana: 

  • Usar el transporte público. Una opción que, siempre que sea viable, contribuye a la reducción de emisiones y a una menor presencia de ruido.  
  • Reducir, reparar, recuperar, reutilizar y reciclar. La fórmula de las 5R permite alargar la vida útil de los productos, darles una segunda oportunidad y disminuir el consumo. 
  • Consumir productos locales. Una decisión sencilla que permite disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. 
  • Ahorrar agua en las actividades cotidianas. Algunos ejemplos son limitar la descarga del inodoro, lavar las frutas y verduras en un recipiente de agua o cerrar el grifo mientras te lavas los dientes o friegas los platos. 
  • Utilizar bombillas de bajo consumo

En Fundación Anesvad somos conscientes de la gran contribución a la vida de las personas y a la salud del planeta que tiene cualquier pequeña acción. Por ejemplo, sabemos que la energía solar puede ser una opción para garantizar la atención médica de muchas personas en África. Por ello, apostamos por esta alternativa sostenible que no solo combate la contaminación acústica sino que evita algunos de los problemas que la falta de electricidad provoca en los sistemas sanitarios africanos. 

Otra alternativa, en este caso frente a la contaminación hídrica, es la estrategia WASH (Water, Sanitation and Hygiene). Alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 aborda problemáticas como el acceso a servicios básicos de saneamiento e higiene y la explotación de servicios hídricos. Además, su implantación ha contribuido a llevar agua limpia a la comunidad rural de Chiépo, en Costa de Marfil, permitiendo una menor exposición de la población a enfermedades olvidadas como la úlcera de Buruli.  

En este artículo hemos visto que la lista de tipos de contaminación es amplia. No obstante, aún hay tiempo para la acción. A finales de 2021 el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una resolución que declaraba como derecho humano básico tener “un medio ambiente limpio, saludable y sostenible”. Un derecho humano y ambiental que pasa por combatir cualquier tipo de contaminación.

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Ainhoa del Amo
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